lunes, 25 de febrero de 2013

SOLTERAS Y FELICES


Según las estadísticas, el número de solter@s en el mundo aumenta constantemente.
La palabra soltero significa solo. Por lo tanto, solteros no son solo aquellos que nunca se han casado, sino también aquellos que se han convertido en tales por la muerte del cónyuge, por un divorcio, o por otras razones.
Es normal que una persona soltera tenga deseos de casarse. Este anhelo de compañerismo es legítimo, natural y pensado por Dios.
También es normal que personas solteras estén contentas con su soltería y no tengan intenciones de casarse, porque ahora tienen más tiempo para sus cosas.
Ambas son actitudes valederas.
La soltería es un estado digno que Dios no sólo acepta, sino que en ocasiones recomienda. La correcta actitud para con la soltería es decirse: "Mi vida está aquí y ahora, y quiero vivirla plenamente".
El matrimonio nunca tuvo el propósito de satisfacer por completo nuestros anhelos. Si bien el matrimonio es muy importante en los planes de Dios para el ser humano, no es el único estado en que podemos sentirnos realizados.
Si siente que mientras es soltero es media persona, no se sentirá diferente cuando se case, el matrimonio no completa.
Ninguna relación humana, por íntima, vital o enriquecedora que sea, puede proporcionar la realización de su potencial supremo como persona.
Estar solo no tiene que ser un mero período de espera antes de que la vida comience. Dios tiene un plan especial para todos y nadie necesita esperar a estar casado para cumplirlo. Dios no quiere que vaguemos sin rumbo, entregados a cualquier causa que se aparezca. Jesucristo quiere que canalicemos nuestra vida en una dimensión específica de servicio. Para eso, necesitamos tener un sentido de vida acorde a la voluntad de Dios.
Esto nos da objetivos a largo alcance, que nos permiten mantener el rumbo y la dirección aquí y ahora.


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